Artista plástica | Más allá de la piel. 

El Poder Instintivo de la Mujer

Mi arte explora el origen de la vida y la esencia femenina. A través de rostros y formas orgánicas, y utilizando medios mixtos como dibujo, pintura y escultura, represento la conexión entre el cuerpo y lo ancestral, tejiendo líneas que evocan la trenza como símbolo de renovación y comprensión de los ciclos de la vida y la muerte. La figura femenina, en todas sus formas, refleja los cuatro estados de la materia y su capacidad de creación y transformación. Mi trabajo busca capturar el poder y el instinto natural de la mujer, mostrando su rol como creadora y portadora del conocimiento cíclico de Vida-Muerte-Vida.

Más acerca de mi trabajo artístico.

Es una inmersión profunda en el origen de la vida y en la esencia femenina que la sostiene. A través de rostros femeninos y formas orgánicas que evocan huesos, células y otras partes del cuerpo, exploro la conexión entre lo físico y lo ancestral, entre la carne y el espíritu.

En mis obras, las líneas que se entrelazan hacen referencia al significado de la trenza, un peinado ancestral cargado de tradición. Estas líneas aluden al acto de atar y desatar, un proceso simbólico que implica descender y seguir un laberinto interno. Es un camino de renovación, de empezar a comprender lo que antes era desconocido, y de aceptar que los ciclos de la vida y la muerte no solo coexisten, sino que funcionan en simultáneo.

Represento el instinto natural y salvaje de la mujer, su poder inherente, su fuerza inquebrantable y su sensibilidad profunda, capturando la dualidad que la convierte en la creadora de vida y en la portadora del conocimiento cíclico de Vida-Muerte-Vida.

La figura femenina, en mi trabajo, toma múltiples formas, como lo hace la materia en el universo. Así como los cuatro estados de la materia —sólido, líquido, gaseoso y plasma— transforman la realidad, la mujer se manifiesta en diversas facetas. En su estado sólido, es la roca firme de la familia, la base inmutable de la existencia. Como líquido, fluye con gracia y adaptabilidad, moldeándose según las circunstancias. En este contexto, el ciclo menstrual de la mujer se relaciona con ese estado, donde la sangre simboliza el flujo vital y la capacidad de dar vida, integrando la transformación y el renacimiento.En su forma gaseosa, es libre, expansiva, y su espíritu no conoce fronteras. Finalmente, como plasma, es pura energía, el origen y la fuerza vital que da forma a todo lo que existe.

Pero la vida no puede entenderse sin la muerte. En mi arte, la muerte no es el final, sino una transformación necesaria, un paso hacia la renovación. La mujer, como la vida misma, es un ciclo eterno de creación, destrucción y resurgimiento. Cada trazo, cada curva en mis obras, busca capturar este ciclo, mostrando a la mujer en su estado más primitivo y poderoso, donde la vida y la muerte se entrelazan, dando lugar a nuevas formas y significados.