En esta serie se teje una historia de sanación y resiliencia. Inspirada en ese pequeño pedacito de tela que, en nuestra infancia, creíamos que tenía el poder mágico de sanar cualquier herida, en estos dibujos exploro el arte como abrazo, como lenguaje del alma. Cada obra es un recordatorio de que tenemos la capacidad de florecer, que las cicatrices internas son parte de nuestra historia, y que ellas nos hacen especiales. Así como ese parche que nos protegía la piel, guardando las marcas del tiempo, podemos transformar cicatrices en testimonios de fortaleza y belleza, permitiéndonos renacer incluso después de las heridas más profundas.

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